La apuesta por Colombia
El éxodo venezolano es motivado por tres factores: la inseguridad, la
falta de libertades y la crisis económica.
El fenómeno migratorio de venezolanos
hacia Colombia ha crecido particularmente durante el gobierno del presidente,
Nicolás Maduro. Sin embargo, el éxodo comenzó en 2005. / EFE
Fue todo un periplo: en avión desde Caracas hasta Maracaibo, en taxi de
allí a Cúcuta y, finalmente, en avión hasta Bogotá. Ese fue el recorrido que
tuvo que realizar Alejandra Piña, junto a su pareja y a sus dos hijos pequeños,
para viajar a Colombia, donde el mes pasado iniciaron una nueva vida. “Nuestro
tránsito por Cúcuta realmente no fue por gusto, simplemente fue imposible
conseguir pasajes aéreos desde Caracas a Bogotá y las pocas opciones eran
excesivamente caras”, apunta esta arquitecta en referencia a la crisis de
billetes aéreos que vive Venezuela.
Pese a que en los últimos años desarrolló una exitosa carrera en el
sector comercial como gerente nacional de una importante transnacional de la
moda, Piña decidió dejarlo todo para instalarse en Colombia. “Los años 2009 y
2010 fueron relativamente estables en la relación sueldo-calidad de vida y aún
se cumplían mis expectativas, pero a partir del primer trimestre de 2011 la
situación de inflación e inseguridad se sentía cada vez más. La primera vez que
realmente comenzó a pasar por mi mente la idea de irnos, fue por la situación de
escasez y los actos de violencia en la calle con la muerte de los estudiantes
entre los meses de febrero y mayo de este año. La escasez fue crucial, pues de
nada me servía tener un buen trabajo si no conseguía los alimentos para mis
hijos y, cuando los encontraba, eran cada vez más costosos”, comenta.
Había muchas razones que hacían de Bogotá un destino atractivo: su padre
y su madre viven allí desde hace unos seis años cuando él —un gerente despedido
de Pdvsa durante el paro de 2003— consiguió trabajo en una empresa petrolera en
Colombia, su hermano menor acababa de irse a fundar una pequeña empresa y ella
consiguió una oferta laboral en una importante cadena de tiendas de capital
foráneo. Piña y su familia son parte de un creciente grupo de venezolanos que
están optando por mudarse a Colombia, una tendencia que surgió a comienzos del
gobierno de Hugo Chávez, en 1999. Según datos del censo general de 2005, en el
período 1996-2000 emigraron a tierras colombianas 726, mientras que en el lapso
2001-2005 esta cifra se incrementó a 2.039.
El estudio Perfil Migratorio de Colombia 2010 arroja números más
reveladores al señalar que, de acuerdo con las estimaciones bilaterales de
inmigrantes en Colombia, para el año 2000 había 7.135 venezolanos, mientras que
para 2005 esa cifra ya llegaba a 50.033. Las estadísticas de Migración Colombia
reportan que los venezolanos encabezan la lista de solicitantes de cédulas de
extranjería durante el período 2012-2014, con un total de 24.047.
Los últimos dos años, durante los cuales ha estado al frente del país
Nicolás Maduro, el fenómeno se ha disparado. De acuerdo con cifras consolidadas
de Migración Colombia, sólo en 2013 el número de venezolanos con cédulas de
extranjería aumentó en 15.510 hasta ubicarse en un total de 56.262, lo que
equivale a un incremento de 38% en un año. Entre enero y julio de 2014 sus
peticiones alcanzaron a 6.536, para un promedio mensual de 933, lo que
representa casi 20% del total de documentos emitidos a foráneos.
La tendencia luce imparable. Sólo el consulado de Colombia en Caracas,
uno de los 15 existentes en el país, emitió entre enero y agosto de este año
2.794 visas, número que triplica el de las que fueron emitidas por esa
instancia durante el mismo lapso de 2013 para casos de estudio, negocios y trabajo,
según información reseñada por el diario venezolano El Universal.
De igual modo, entre enero de 2012 y julio de 2014 el balance entre
entradas y salidas de venezolanos a Colombia arroja un saldo migratorio
positivo de 29.597 personas. Esta cifra cuadruplica la de los ecuatorianos y
ubica a Venezuela a la cabeza de los países cuyos ciudadanos se quedan a vivir
en tierras colombianas.
El sociólogo Tomás Páez, coordinador del primer estudio global sobre la
comunidad de venezolanos en el exterior, indica que desde que en las décadas de
1970 y 1980 se produjo una enorme migración de colombianos hacia Venezuela, se
estableció entre ambos países una relación muy fluida y compleja que hace muy
difícil establecer el número preciso de venezolanos que residen en Colombia.
Recuerda que para el gobierno colombiano aquellos que gozan de doble ciudadanía
son nacionales, por lo que podría haber un subregistro en la cifra de
venezolanos residentes.
De acuerdo con esta investigación, se estima que entre 4% y 6% de la población
venezolana ya vive fuera del país. Se trata principalmente de personas con
elevados niveles de formación: 90% tiene educación universitaria, 40% ha
cursado maestrías y 12% cuenta con estudios doctorales y posdoctorales. Según
datos registrados por la revista Directo Bogotá, en Facebook se encuentran más
de 40 grupos y páginas de venezolanos en Colombia. Datos de Proexport revelan
que las inversiones venezolanas en el país aumentaron 261% en el año 2013.
Tomás Páez indica que aunque la decisión de emigrar es personal, los
resultados de su estudio reflejan que la salida de venezolanos se ha visto
motivada por tres factores: la inseguridad jurídica y personal, la falta de
libertades y la crisis económica. Estos tres elementos se conjugaron en 2007 para
impulsar a Yeniter Poleo a emigrar a Bogotá, ciudad de la que se había
enamorado dos años antes, durante un viaje de turismo.
“Me parecía una ciudad amable, con una vida cultural como la que yo
deseaba para Caracas”, comenta esta periodista venezolana al explicar su
decisión. “A comienzos de 2007, cuando nacionalizaron CANTV, tuve la primera
idea concreta de irme. En febrero estatizaron la empresa de electricidad y me
angustié al ver que todas las promesas restrictivas que hacía el gobierno se
estaban cumpliendo. Fue una suma de cosas. Me habían atracado y sentía la
paranoia de que me robaran el carro o dentro del carro, me desconcertaba la
polarización política entre los afectos, pero sobre todo sentía que lo público
se había entrometido en nuestras vidas privadas: la imagen del líder (Chávez)
estaba en todas las paredes, sus palabras estaban en todas nuestras
conversaciones. Entonces mi imaginación catastrófica detonó el proceso: imaginé
que un día cerrarían las fronteras como en Cuba y el no saber si yo tendría la
voluntad para ser balsera me espantó. Para remate, en marzo cerraron el
semanario donde trabajaba, así que todo pareció bastante claro”.
Sin pensarlo demasiado, Poleo vendió lo que tenía y se aventuró en
Colombia. “Estructuré un proyecto editorial de contenidos digitales y un
proyecto literario personal, y en esos me embarqué sin tener vínculo
profesional alguno”, explica.
Bogotá es, con amplia ventaja, el principal destino escogido por los
venezolanos en el momento de viajar a Colombia, allí recalan más de 50%. Uno de
ellos, José Francisco Muguessa, se instaló hace cinco años cuando decidió
abandonar Caracas, aunque en su caso pesaron razones familiares, pues su esposa
es colombiana. Aunque en los planes originales de este ingeniero de sistemas estaba
replicar en Colombia una empresa de internet que tenía en Venezuela, la suerte
o el destino le condujeron por caminos inesperados y terminó instalando una
fábrica de quesos venezolanos.
“Yo no hice un estudio de mercado. Yo quería comerme mi queso y suponía
que todos los venezolanos estarían igual”, explica sobre el origen de la idea
que derivó en los productos Roraima, lácteos que actualmente se comercializan
en los supermercados Carulla y Jumbo.
“Nosotros tuvimos un primer golpe de suerte cuando participamos en una
feria de gastronomía y el comprador de la cadena Éxito se acercó a nuestro
estand, probó el queso y nos dijo que lo quería”, apunta Muguessa, quien
destaca la buena recepción que sus productos han tenido. “El negocio en este
momento ya tiene sentido económico. Siento que levito cuando algún cliente me
expresa reconocimiento. La mayor parte son colombianos”.
Cifras de Migración Colombia resaltan que en 2013 un total de 7.337
venezolanos viajaron a Colombia para hacer negocios, mientras que 4.134 lo
hicieron por motivos de estudio o capacitación. El sociólogo Tomás Páez refiere
que, más allá del numeroso grupo de trabajadores petroleros, muchos de los
venezolanos que han emigrado a Colombia son inversionistas o trabajadores de
distintas áreas con una experiencia profesional consolidada. “Se trata de gente
que está invirtiendo, que está creando empresas y riqueza en otras partes”,
señala el experto.
Según una encuesta realizada en junio por la consultora Datanálisis, 10%
de los venezolanos tiene intenciones de irse del país y ha realizado al menos
un trámite con miras a marchar al extranjero. Se trata de un máximo histórico,
pues incluso en las crisis políticas y económicas más graves, como las
registradas entre 2002 y 2004, esa cifra nunca había sido superior a 4%. Todo
parece indicar que Colombia puede esperar que en el futuro próximo muchos más
venezolanos la escojan como patria adoptiva. No será gratuito. Más allá de la
seguridad personal y de una economía en crecimiento que ofrece oportunidades,
quienes han apostado por Colombia han recibido una buena acogida por parte de
la población. Como lo atestigua Muguessa: “El pueblo colombiano nos ha aceptado
mejor que a unos hermanos”.