jueves, 20 de noviembre de 2014

La apuesta por Colombia
El éxodo venezolano es motivado por tres factores: la inseguridad, la falta de libertades y la crisis económica.

El fenómeno migratorio de venezolanos hacia Colombia ha crecido particularmente durante el gobierno del presidente, Nicolás Maduro. Sin embargo, el éxodo comenzó en 2005. / EFE
Fue todo un periplo: en avión desde Caracas hasta Maracaibo, en taxi de allí a Cúcuta y, finalmente, en avión hasta Bogotá. Ese fue el recorrido que tuvo que realizar Alejandra Piña, junto a su pareja y a sus dos hijos pequeños, para viajar a Colombia, donde el mes pasado iniciaron una nueva vida. “Nuestro tránsito por Cúcuta realmente no fue por gusto, simplemente fue imposible conseguir pasajes aéreos desde Caracas a Bogotá y las pocas opciones eran excesivamente caras”, apunta esta arquitecta en referencia a la crisis de billetes aéreos que vive Venezuela.
Pese a que en los últimos años desarrolló una exitosa carrera en el sector comercial como gerente nacional de una importante transnacional de la moda, Piña decidió dejarlo todo para instalarse en Colombia. “Los años 2009 y 2010 fueron relativamente estables en la relación sueldo-calidad de vida y aún se cumplían mis expectativas, pero a partir del primer trimestre de 2011 la situación de inflación e inseguridad se sentía cada vez más. La primera vez que realmente comenzó a pasar por mi mente la idea de irnos, fue por la situación de escasez y los actos de violencia en la calle con la muerte de los estudiantes entre los meses de febrero y mayo de este año. La escasez fue crucial, pues de nada me servía tener un buen trabajo si no conseguía los alimentos para mis hijos y, cuando los encontraba, eran cada vez más costosos”, comenta.
Había muchas razones que hacían de Bogotá un destino atractivo: su padre y su madre viven allí desde hace unos seis años cuando él —un gerente despedido de Pdvsa durante el paro de 2003— consiguió trabajo en una empresa petrolera en Colombia, su hermano menor acababa de irse a fundar una pequeña empresa y ella consiguió una oferta laboral en una importante cadena de tiendas de capital foráneo. Piña y su familia son parte de un creciente grupo de venezolanos que están optando por mudarse a Colombia, una tendencia que surgió a comienzos del gobierno de Hugo Chávez, en 1999. Según datos del censo general de 2005, en el período 1996-2000 emigraron a tierras colombianas 726, mientras que en el lapso 2001-2005 esta cifra se incrementó a 2.039.
El estudio Perfil Migratorio de Colombia 2010 arroja números más reveladores al señalar que, de acuerdo con las estimaciones bilaterales de inmigrantes en Colombia, para el año 2000 había 7.135 venezolanos, mientras que para 2005 esa cifra ya llegaba a 50.033. Las estadísticas de Migración Colombia reportan que los venezolanos encabezan la lista de solicitantes de cédulas de extranjería durante el período 2012-2014, con un total de 24.047.
Los últimos dos años, durante los cuales ha estado al frente del país Nicolás Maduro, el fenómeno se ha disparado. De acuerdo con cifras consolidadas de Migración Colombia, sólo en 2013 el número de venezolanos con cédulas de extranjería aumentó en 15.510 hasta ubicarse en un total de 56.262, lo que equivale a un incremento de 38% en un año. Entre enero y julio de 2014 sus peticiones alcanzaron a 6.536, para un promedio mensual de 933, lo que representa casi 20% del total de documentos emitidos a foráneos.
La tendencia luce imparable. Sólo el consulado de Colombia en Caracas, uno de los 15 existentes en el país, emitió entre enero y agosto de este año 2.794 visas, número que triplica el de las que fueron emitidas por esa instancia durante el mismo lapso de 2013 para casos de estudio, negocios y trabajo, según información reseñada por el diario venezolano El Universal.
De igual modo, entre enero de 2012 y julio de 2014 el balance entre entradas y salidas de venezolanos a Colombia arroja un saldo migratorio positivo de 29.597 personas. Esta cifra cuadruplica la de los ecuatorianos y ubica a Venezuela a la cabeza de los países cuyos ciudadanos se quedan a vivir en tierras colombianas.
El sociólogo Tomás Páez, coordinador del primer estudio global sobre la comunidad de venezolanos en el exterior, indica que desde que en las décadas de 1970 y 1980 se produjo una enorme migración de colombianos hacia Venezuela, se estableció entre ambos países una relación muy fluida y compleja que hace muy difícil establecer el número preciso de venezolanos que residen en Colombia. Recuerda que para el gobierno colombiano aquellos que gozan de doble ciudadanía son nacionales, por lo que podría haber un subregistro en la cifra de venezolanos residentes.
De acuerdo con esta investigación, se estima que entre 4% y 6% de la población venezolana ya vive fuera del país. Se trata principalmente de personas con elevados niveles de formación: 90% tiene educación universitaria, 40% ha cursado maestrías y 12% cuenta con estudios doctorales y posdoctorales. Según datos registrados por la revista Directo Bogotá, en Facebook se encuentran más de 40 grupos y páginas de venezolanos en Colombia. Datos de Proexport revelan que las inversiones venezolanas en el país aumentaron 261% en el año 2013.
Tomás Páez indica que aunque la decisión de emigrar es personal, los resultados de su estudio reflejan que la salida de venezolanos se ha visto motivada por tres factores: la inseguridad jurídica y personal, la falta de libertades y la crisis económica. Estos tres elementos se conjugaron en 2007 para impulsar a Yeniter Poleo a emigrar a Bogotá, ciudad de la que se había enamorado dos años antes, durante un viaje de turismo.
“Me parecía una ciudad amable, con una vida cultural como la que yo deseaba para Caracas”, comenta esta periodista venezolana al explicar su decisión. “A comienzos de 2007, cuando nacionalizaron CANTV, tuve la primera idea concreta de irme. En febrero estatizaron la empresa de electricidad y me angustié al ver que todas las promesas restrictivas que hacía el gobierno se estaban cumpliendo. Fue una suma de cosas. Me habían atracado y sentía la paranoia de que me robaran el carro o dentro del carro, me desconcertaba la polarización política entre los afectos, pero sobre todo sentía que lo público se había entrometido en nuestras vidas privadas: la imagen del líder (Chávez) estaba en todas las paredes, sus palabras estaban en todas nuestras conversaciones. Entonces mi imaginación catastrófica detonó el proceso: imaginé que un día cerrarían las fronteras como en Cuba y el no saber si yo tendría la voluntad para ser balsera me espantó. Para remate, en marzo cerraron el semanario donde trabajaba, así que todo pareció bastante claro”.
Sin pensarlo demasiado, Poleo vendió lo que tenía y se aventuró en Colombia. “Estructuré un proyecto editorial de contenidos digitales y un proyecto literario personal, y en esos me embarqué sin tener vínculo profesional alguno”, explica.
Bogotá es, con amplia ventaja, el principal destino escogido por los venezolanos en el momento de viajar a Colombia, allí recalan más de 50%. Uno de ellos, José Francisco Muguessa, se instaló hace cinco años cuando decidió abandonar Caracas, aunque en su caso pesaron razones familiares, pues su esposa es colombiana. Aunque en los planes originales de este ingeniero de sistemas estaba replicar en Colombia una empresa de internet que tenía en Venezuela, la suerte o el destino le condujeron por caminos inesperados y terminó instalando una fábrica de quesos venezolanos.
“Yo no hice un estudio de mercado. Yo quería comerme mi queso y suponía que todos los venezolanos estarían igual”, explica sobre el origen de la idea que derivó en los productos Roraima, lácteos que actualmente se comercializan en los supermercados Carulla y Jumbo.
“Nosotros tuvimos un primer golpe de suerte cuando participamos en una feria de gastronomía y el comprador de la cadena Éxito se acercó a nuestro estand, probó el queso y nos dijo que lo quería”, apunta Muguessa, quien destaca la buena recepción que sus productos han tenido. “El negocio en este momento ya tiene sentido económico. Siento que levito cuando algún cliente me expresa reconocimiento. La mayor parte son colombianos”.
Cifras de Migración Colombia resaltan que en 2013 un total de 7.337 venezolanos viajaron a Colombia para hacer negocios, mientras que 4.134 lo hicieron por motivos de estudio o capacitación. El sociólogo Tomás Páez refiere que, más allá del numeroso grupo de trabajadores petroleros, muchos de los venezolanos que han emigrado a Colombia son inversionistas o trabajadores de distintas áreas con una experiencia profesional consolidada. “Se trata de gente que está invirtiendo, que está creando empresas y riqueza en otras partes”, señala el experto.
Según una encuesta realizada en junio por la consultora Datanálisis, 10% de los venezolanos tiene intenciones de irse del país y ha realizado al menos un trámite con miras a marchar al extranjero. Se trata de un máximo histórico, pues incluso en las crisis políticas y económicas más graves, como las registradas entre 2002 y 2004, esa cifra nunca había sido superior a 4%. Todo parece indicar que Colombia puede esperar que en el futuro próximo muchos más venezolanos la escojan como patria adoptiva. No será gratuito. Más allá de la seguridad personal y de una economía en crecimiento que ofrece oportunidades, quienes han apostado por Colombia han recibido una buena acogida por parte de la población. Como lo atestigua Muguessa: “El pueblo colombiano nos ha aceptado mejor que a unos hermanos”.

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